Aprender a manejar la ansiedad es lo más difícil a la hora de adelgazar. El cuerpo humano es una máquina perfecta, cuando detecta que algo no funciona bien, emite señales que no deben tener en cuenta para conservar el balance.
La ansiedad por la comida es una de ellas, por esto es esencial aprender a escuchar al cuerpo. Algunas personas consideran la ansiedad y los antojos como debilidad o falta de disciplina para mantener el control frente a ciertos alimentos, pero están lejos de la verdad. Para disminuir estas señales, es necesario identificar dónde se origina el descontrol alimentario, afrontar el problema y encontrar una alternativa para resolverlo de raíz, y no temporalmente como sucede cuando se satisface un antojo.
Son diversas las causas que provocan la ansiedad, sin embargo, las dos principales son la carencia de uno o más nutrientes y los problemas emocionales.
Desnutrición.
La mayoría de los alimentos son altamente procesados, por esta razón los cereales refinados como el arroz y el trigo, con el que se fabrican pan blanco, pasteles, pastas, masa para pizzas, entre otros, carecen de minerales, vitaminas y enzimas. Además, la comida que se cocina a altas temperaturas pierde sus propiedades nutritivas por los efectos del calor.
La clave para tratar la desnutrición está en mejorar la calidad de la alimentación, ingiriendo alimentos con alto valor nutricional, que aporten más nutrientes y menos calorías.
¿Qué se puede hacer para nutrirse bien y dejar de ansiar la comida?
La solución no está en prohibirse los alimentos deseados, sino en una alimentación balanceada. Estas recomendaciones le ayudarán a controlar el apetito desmedido:
– Tomar agua: la deshidratación crónica puede confundirse con hambre.
– Aumentar el consumo de fibra
– Consumir alimentos como verduras, frutas, pescados azules y cereales integrales.
Problemas emocionales
Comer cuando se tiene hambre es una forma de llenar vacíos emocionales; las razones pueden ser diversas: aburrimiento, soledad, estrés, relaciones poco satisfactorias, malos empleos, entre otras situaciones. A este tipo de manifestación se le conoce como hambre emocional.
Para tratarla, es recomendable hacer conciencia de que las carencias, insatisfacciones o problemas no se resolverán comiendo, sino afrontando sus causas. Nunca serán suficientes todos los chocolates para calmar el hambre interior. Respire profundo y trate de identificar la causa de esta sensación que está tratando de compensar con la comida. Resuelva el problema y pida ayuda para encontrar la paz y la armonía interior.
Una vez tenga esto claro, trátese con amor, sea más considerado con usted y aprenda a escuchar su voz interior, de esa manera logrará desarrollar sentimientos y pensamientos nutritivos, y su cuerpo dejará de pedirle que se enfoque en él.
Una manera muy eficaz de controlar la ansiedad es el producto Xambo, que a través de la sinergia entre sus ingredientes, le permitirá reducir la ingesta calórica y lograr un peso saludable.
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