Desde hace más de una década, las bebidas energizantes se están consumiendo de manera indiscriminada en todo el mundo, como si fueran refrescos.
Estas son bebidas libres de alcohol y contienen sustancias psicoactivas que, por sus efectos estimulantes, producen una sensación de bienestar y ayudan a contrarrestar síntomas como la fatiga y el agotamiento, y “aumentan” la habilidad mental. Algunas también se comercializan aduciendo que sirven para perder peso.
En Colombia, los principales consumidores de las bebidas energizantes son los jóvenes, quienes afirman que gracias a ellas evitan el sueño, se mantienen más activos, pueden prolongar la experiencia de la rumba y logran neutralizar los efectos del guayabo. Otras personas las utilizan con el fin de resistir las largas jornadas de estudio o trabajo, mejorar su capacidad de concentración y para obtener un mayor rendimiento durante sus actividades físicas y deportivas.
La mayoría de las bebidas energizantes contienen los siguientes ingredientes: Agua carbonatada, cafeína, taurina (aminoácido), extractos de plantas como guaraná, ginseng o yerba mate; vitaminas del complejo B, magnesio, potasio, azúcar (glucosa) o aspartame, L-Carnitina, vitamina C, betacarotenos, caramelo y colorantes, entre otros.
En las bebidas energizantes, la cafeína es la principal sustancia psicoactiva. Este alcaloide actúa sobre el sistema nervioso central, más específicamente en la corteza frontal del cerebro, aumentando los niveles de algunos neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina, causantes de la sensación de bienestar. El consumo de altas dosis de cafeína en estas bebidas, podría disparar el uso de otras sustancias de tipo psicoactivo.
En personas sanas, el consumo moderado de bebidas energizantes no debería tener efectos adversos sobre la salud. El problema es cuando se consumen más de 300mg de cafeína al día o cuando estas bebidas se mezclan con alcohol, ya que podrían presentarse algunas de las siguientes reacciones:
- Aceleramiento del metabolismo en general.
- Aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia y hasta arritmias).
- Aumento de la presión arterial (hipertensión).
- Insuficiencia o infarto cardiacos.
- Aumento de la diuresis con probabilidad de deshidratación.
- Alteración del ritmo del sueño.
- Hiperactividad motora, ansiedad y nerviosismo.
- Aumento de la secreción gástrica (nauseas, vómito, acidez, gastritis).
- Aumento de la temperatura corporal.
- Dolor de cabeza y mareo.
- Debilidad muscular.
Se han reportado algunos casos en los que el consumo de bebidas energizantes ha estado asociado con cuadros serios de convulsiones, manías, accidentes cerebro-vasculares y hasta muerte súbita. Las personas con mayor riesgo de presentar alguna de estas reacciones son aquellas que padecen enfermedades del corazón, del riñón o del hígado, diabetes, epilepsia, hipertiroidismo, o que están tomando medicamentos o sufren trastornos del comportamiento.
Según algunos psicólogos, el apego de las personas a las bebidas energizantes se origina por la necesidad que tienen de encontrar “soluciones rápidas” a los conflictos personales y de la vida moderna. Estas bebidas “les facilitan la vida”, sin tener que esforzarse por cambiar su estilo de vida, dormir más de la cuenta o tener que hacer más ejercicio. Es importante mencionar que, hasta la fecha, no existen estudios científicos que demuestren que estas bebidas aumenten la fuerza, la estabilidad o mejoren el rendimiento físico.
Las personas que consumen bebidas energizantes deben tener en cuenta las siguientes advertencias:
- Consumirlas solo con moderación (máximo 500ml/día) y leer la etiqueta del envase para verificar la cantidad de cafeína que contiene
- No consumirla con el estómago vacío y nunca reemplazar alguna de las comidas por la bebida energizante
- No mezclarla con bebidas alcohólicas, ya que esto hace que el sistema nervioso reciba un mensaje contradictorio, el efecto estimulante de la bebida energizante y el efecto depresor del alcohol, aumentando así la posibilidad de que se presenten efectos secundarios.
- Tomar bastante agua para así “diluir” las sustancias de la bebida en la sangre
- Si la persona toma medicamentos por prescripción médica, debe consultar al especialista antes de consumir cualquier bebida energizante
- Si presenta alguna reacción adversa, debe suspenderse el consumo de inmediato
Según el director de Salud Pública del Ministerio de la Protección Social, en Colombia no se ha evidenciado un riesgo en las bebidas energizantes y todavía está pendiente una reglamentación para su venta.
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Dr. Felipe Alejandro Lora – Medicina ayurvédica biológica
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