El desarrollo y crecimiento de un niño empieza en la fecundación del óvulo. No son procesos que se realizan de manera independiente en distintas áreas o sistemas, sino que se presentan como una continuidad de interacciones entre el potencial genético innato y el medio ambiente.
Dentro de los factores que influyen en el crecimiento están los nutricionales; alimentos sanos con las cantidades apropiadas de proteínas, carbohidratos y grasas, que incluyan adecuadas cantidades de vitaminas y minerales.
La alimentación con leche materna es la forma natural y completa de alimentar al neonato o recién nacido. La infancia se caracteriza por ser una etapa de crecimiento y maduración, por lo tanto la alimentación debe aportar nutrientes fundamentales para la síntesis celular y el sistema inmunológico, la maduración de los sistemas orgánicos, la mineralización de dientes y tejido óseo, la creación de depósitos de energía, y el mantenimiento de las funciones del organismo. A partir del sexto mes, el lactante ha aumentado los requerimientos nutricionales sobre todo en hierro y vitaminas A y C.
Aunque existen tablas de valores de requerimientos nutricionales de calorías, proteínas, vitaminas y minerales, es necesario valorar a cada niño para definir la cantidad. Estudios recientes en Estados Unidos y Alemania han demostrado que las necesidades nutricionales han variado debido a cambios en la calidad de vida, el estrés a todo nivel, la contaminación ambiental, poco descanso y una alimentación no balanceada, lo que ha llevado a reforzar, con más frecuencia, el consumo de multivitaminas y minerales que en décadas anteriores.
Sin embargo, debe existir una alerta con respecto al abuso de dichos complementos y por lo tanto, será necesario el acompañamiento de personal entrenado y capacitado en nutrición, para que defina cuál es el tipo de suplementos nutricionales que requieren niños y adultos.
Será su médico, pediatra o nutricionista quien lo formule.
En algunos laboratorios y con tecnología de medicina biológica como la biorresonancia, existen posibilidades de medición de los niveles séricos para definir y formular complementos más acordes y reales para cada persona.
Entre los grupos vulnerables a deficiencias vitamínicas y minerales están los niños especialmente prematuros, con patologías gastrointestinales, lactantes y adolescentes, por lo tanto el análisis personalizado de cada uno, nos guiará ética, humana y científicamente para su correcta formulación.
Una alimentación balanceada cubre la mayor parte de las necesidades nutricionales y por lo tanto del crecimiento.
Solo en algunas condiciones estarían faltando elementos extras que debemos ingerir en la alimentación diaria. Evitar comidas chatarras como gaseosas o papas fritas en paquete, que con todos sus conservantes, en muchas ocasiones, producen y empeoran cuadros alérgicos como asma, rinitis y dermatitis atópica o alérgica.
Hoy en día existen alimentos orgánicos que a pesar de los fungicidas empleados en sus cultivos, no introducen toxicidad en bebes y niños en crecimiento. Si bien es cierto que el futuro de las poblaciones en el mundo dependerá del tipo de alimentación, es importante mantener el cuerpo y la mente saludables para que toda creación humana sea un impulso efectivo hacia el progreso.
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