Nutrición Ortomolecular

Nutrición ortomolecular: Tratamiento, prevención y cómo llevar nuestro organismo a un estado óptimo de salud.

Linus Pauling, quien fue dos veces premio Nobel (de química en 1954 y de la paz en 1962), padre fundador de la nutrición ortomolecular tal y como la conocemos hoy en día, fue un químico norteamericano que sentó con sus investigaciones las bases científicas de la nutrición ortomolecular, siendo pionero en la aplicación de la mecánica cuántica a los enlaces químicos.

Sus profundas investigaciones sobre la estructura molecular y los enlaces químicos dieron nacimiento a esta medicina tan especializada basada en el “equilibrio bioquímico individual”, lo cual viene a decirnos básicamente que: “cada individuo es único y forma un complejo conjunto de reacciones e interacciones bioquímicas que pueden llevar al organismo al total desequilibrio o estar en estado de óptima salud a través de la aplicación de sustancias normalmente presentes en el propio organismo, en concentraciones elevadas, para provocar ese estado molecular que llevará a la persona a una salud óptima”.

Estas sustancias con pocos o ningún efectos secundarios se conforman normalmente de compuestos derivados de fuentes naturales tales como: vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas, preparados herbales, ácidos grasos y bacterias, y por supuesto pone especial cuidado en el tipo de alimentación que se le enseña a llevar a una persona de por vida, promoviendo una “alimentación hipo-tóxica” y bioquímicamente beneficiosa.

Dentro de la importancia de la aplicación de la medicina ortomolecular podemos destacar, el tratamiento integral de la persona, no como un individuo cuyo cuerpo se halla separado de sus emociones o su estado mental, sino como un conjunto completo donde todo se tiene en cuenta.

La nutrición o medicina ortomolecular lleva su campo de aplicación mucho más allá del tratamiento de una patología o una simple dieta. Cuando un paciente entra por la puerta de la consulta, sale con un tesoro que lo acompañara toda su vida (sobre todo en el tratamiento de problemas de salud de carácter crónico), pues aprenderá cómo alimentarse de forma nutritiva y preventiva.

La suplementación y el tratamiento con sustancias naturales son parte integral de los tratamientos ortomoleculares aplicables a las distintas necesidades como son: trastornos digestivos, intolerancias alimentarias, trastornos intestinales, de piel, neurológicos y nerviosos, depresión, desequilibrios emocionales y otros desequilibrios neuroquímicos y sobrepeso.

La medicina ortomolecular no pretende ser una competencia para la alopática, pero si una opción más cerca de la naturaleza química de nuestro organismo para devolver su equilibrio, estado óptimo y evitar la intoxicación que muchos tratamientos con fármacos causan como efecto secundario y que traen aparejados la aparición de otros trastornos.

La medicina ortomolecular es una elección “suave” y “eficaz” para restablecer cualquier trastorno de salud crónico y también para “paliar” los efectos de otros tratamientos clásicos y puntuales (no ortomoleculares) que pueden llevar a un importante desequilibrio de nuestro organismo.

Toda acción preventiva es un tesoro para nuestra calidad de vida. La nutrición ortomolecular nos enseña a estar en equilibrio con nuestra propio organismo y todas sus reacciones químicas, a reparar el daño celular provocado por años de tratamientos agresivos o ineficaces, a estabilizar nuestras emociones, a prevenir el desarrollo de posibles enfermedades y a cambiar nuestra visión sobre el tipo de alimentación actual (que esta llena de mitos no ciertos y que confunden a la mayoría de la gente siendo en ocasiones la causa principal de muchas patologías crónicas de difícil diagnóstico y tratamiento).

Colabora para Artemisa: Sofia Pencef, Nutricionista Ortomolecular.

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