Cómo sanar tu estómago y mejorar tu salud.

¿Sientes reflujo, gastritis, gases, hinchazón intestinal o sufres quebrantos osteoarticulares? ¿Tu estómago y tus huesos te están gritando? ¿Quisieras mejorar sus condiciones?

Para que el estómago sea sano y la absorción de calcio sea óptima, el contenido estomacal debe ser muy ácido, ¿CÓMO ASÍ?

Las sensaciones producidas por las disfunciones estomacales engañan a muchos.

Pensar que la gastritis, el reflujo, los gases y las úlceras se producen por exceso de acidez estomacal es uno de los errores más comunes. Esta creencia errática redunda en un consumo exagerado de medicamentos antiácidos y, pese a ello, en persistencia de la enfermedad gastrointestinal.

Los antiácidos parecen ser la mejor solución indicada porque suprimen los síntomas, pero en realidad, y curiosamente, los síntomas mencionados, que ocasionan tantas molestias a las personas, se deben principalmente a la baja producción de ácido clorhídrico estomacal, una condición llamada hipoclorhidria.

Un estomago disfuncional

En un estómago con la producción de ácido clorhídrico baja, el contenido estomacal no es lo suficientemente ácido como para iniciar todas las demás funciones digestivas, entre otras, como la absorción de calcio, pero sí suficientemente ácido para irritar la pared estomacal, el duodeno y el esófago.

En esta condición, el estómago no estimula la producción adecuada de moco protector, pero es suficientemente ácido para irritar la pared estomacal que ahora está desnuda por la falta de moco.

Con esto empieza un círculo vicioso: la disminución de producción de ácido clorhídrico causa una disminución de producción de moco protector, lo que a su vez ocasiona irritación y atrofia de las células que producen el mismo ácido.

La baja concentración de ácido clorhídrico 5 cosas suceden:

  1. La estimulación de la contracción del esfínter esofágico inferior falla y ocurre reflujo gastroesofágico.
  2. Falla la estimulación del píloro, lo que causa un vertimiento prematuro del contenido estomacal en el duodeno. Esto lo irrita y puede causar reflujo biliar hacia el estómago, agravando la condición de hipoclorhidria, debido a la alcalinidad de la bilis.
  3. Se presenta insuficiencia en la esterilización del contenido estomacal, lo cual permite la proliferación de patógenos dentro del sistema digestivo. Esta condición llamada disbiosis suele causar inflamación intestinal, desórdenes in- munes y problemas metabólicos.
  1. Falta en la conversión del pepsinógeno en su forma activa, la pepsina. El pepsinógeno es una sustancia producida por el estómago que, para ser transformada en pepsina e iniciar la digestión de proteínas, debe estar expuesta a un pH estomacal muy ácido (inferior a 2 en la escala de pH). Por esta razón no se inicia la digestión adecuada de proteínas y en consecuencia, desencadena hinchazón abdominal, gases y otros desórdenes digestivos. En esta condición, la cantidad de problemas metabólicos que pueden ocurrir por deficiencias en vitaminas, minerales y aminoácidos es enorme, ya que estos son esenciales para la producción de neurotransmisores, hormonas y enzimas metabólicas.
  1. Se afecta al ser vertido en el duodeno, el contenido estomacal (llamado quimo) produciendo otra anomalía en estimular adecuadamente: La secreción de jugos pancreáticos necesarios para la neutralización del quimo y la continuación de los próximos pasos de la digestión.

! La secreción de bilis, necesaria para la neutralización del quimo, la absorción adecuada de aceites y la eliminación del colesterol dañino.

 

Cómo rehabilitar el estómago?

Para ayudar a tu cuerpo a restablecer con rapidez la concentración óptima de jugos gástricos, debes romper el círculo vicioso antes mencionado y acidificar tu contenido estomacal. Recomendamos el uso de un producto a base de clorhidrato de betaína, este ingrediente natural es derivado de un aminoácido extraído de la remolacha que ha demostrado su efectividad en reubicar el pH estomacal en su rango óptimo.

Combinado con pepsina, una enzima digestiva, que facilita la digestión de proteínas y como parte integral de un tratamien- to hasta que sus funciones estomacales logren activar su propio pepsinógeno y se complementa con zinc, el mineral que se encarga de activar en tu estómago la producción propia de ácido clorhídrico a través de la estimulación de una enzima que se llama anhidrasa carbónica.

Es muy importante también hacer ejercicio, hidratarse mejor, evitar consumir líquidos con las comidas, bajar el consumo de carbohidratos, leche de vaca y suspender el uso de antiácidos.

Rehabilitar tu estómago por completo puede demorar entre dos semanas y tres meses. La duración de esta fase de transición es el tiempo que el estómago se tarda para volver a formar su capa de moco protector.

 

Colabora para Artemisa:

Luc Lemaire – Médico Quiropractico, especialista en Medicina Funcional

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