Existen muchísimos tesoros en el mundo de las plantas medicinales. Uno de ellos es la cúrcuma, originaria de Asia, y aunque se ha venido utilizando durante siglos como colorante culinario y constituye uno de los principales condimentos de la mezcla que compone el curry, sus alcances y beneficios van mucho más allá de la simple satisfacción del paladar, ya que se le conoce como el curador por excelencia de la naturaleza desde hace dos mil quinientos años. Se ha usado principalmente para combatir el malestar gastrointestinal y cualquier tipo de problema relacionado, pero su efecto medicinal se debe a su alto contenido de antioxidantes.
Recordemos que los antioxidantes son sustancias que protegen las células del daño que provocan algunas moléculas inestables, como los radicales libres, lo cual se produce por oxidación. Existe una manera natural de obtener dichos antioxidantes; una de ellas y con gran efectividad es el consumo de cúrcuma. Recientes estudios han demostrado que en este aspecto puede llegar a ser hasta trecientas veces más potente que la vitamina E.
La cúrcuma representa un componte valioso en nuestra dieta para mantener en forma los órganos y tejidos e incluso hay evidencia de su importancia en la prevención del cáncer de pecho, piel y colon, además de que evita el crecimiento de vasos sanguíneos que alimentan tumores, entre otros mecanismos que afectan directamente la célula cancerígena. En general es un excelente aliado para proteger nuestras células de los efectos degenerativos del ambiente.
Por otra parte, los efectos antiinflamatorios de la cúrcuma son sorprendentes, por esto es una planta recomendable para aquellos que sufren artritis, pues ayuda a calmar el dolor y a eliminar toxinas del organismo, y para quienes practican deporte también puede ser un buen aliado, ya que ayuda a mantener las articulaciones en perfectas condiciones y evita que se inflamen y duelan.
La cúrcuma ayuda además a evitar la formación de coágulos de sangre, pues mejora la circulación sanguínea y previene enfermedades como la arterosclerosis. Pero no solamente actúa así en la sangre, sino que mejora el metabolismo de las grasas al ayudar a que el hígado funcione correctamente y asimile mejor estos nutrientes. Su efecto depurativo es beneficioso para el organismo ya que se encarga de regular los niveles de colesterol malo que afectan nuestras arterias.
Sin embargo sus efectos, no se quedan solamente aquí. Recientes estudios han concluido que el consumo de cúrcuma es una forma de prevenir la aparición del Alzheimer. Resulta ser también un gran aliado para el tratamiento de la diabetes por su efecto reductor del azúcar en el organismo. Además funciona como expectorante en el caso de los resfriados y en personas con asma y con mucha mucosidad bronquial. Otro uso habitual que se ha dado a la cúrcuma durante mucho tiempo ha sido el de energizante y reconstituyente natural, lo que la convierte en un complemento ideal para las personas que sufren de agotamiento o energías bajas.
Hay que destacar que aparte de las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas anteriormente enunciadas, la cúrcuma posee un gran valor nutricional pues contiene importantes cantidades de proteínas, minerales, carbohidratos y fibra.
En la gastronomía la cúrcuma es reconocida como un sugestivo condimento que otorga un sabor delicioso y un color amarillo profundo a las comidas, y se destaca por cierto aroma azafranado, con tientes especiados como los del jengibre.
Por lo anterior la cúrcuma no solamente es una exótica especia y en la mesa un magnifico estimulante para los sentidos. Sus beneficios son ilimitados, por lo cual se constituye en una de las plantas que conjuga más propiedades nutricionales y medicinales.
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